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jueves, 22 de diciembre de 2011

Caminante, no hay camino


Primavera - San Pedro del Romeral
Verano - Aranda de Duero
Otoño - Villaverde de Pontones
Invierno - Sierra Morena
Caminante son tus huellas 
El camino nada más;
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar
 Caminante, no hay camino
sino estelas sobre el mar
 Antonio Machado - Proverbios y Cantares


Feliz navidad a todo el mundo, muchas gracias por haber colaborado durante todo el año con el blog. En una de las horas mas difíciles de la historia de España, y ante la gran cantidad de incertidumbres que nos acechan, no podemos sino reafirmarnos en el presente, en ser conscientes de que somos nosotros en este preciso momento los que con nuestras pequeñas decisiones estamos configurando el mundo. Que el presente es una suma de todos, y que como miembros de esta generación espontanea se nos juzgará algún día.
¡Feliz Navidad y prospero 2012!

viernes, 9 de diciembre de 2011

El Hotel Lambert

Galeria de Hercules - Hotel Lambert
Hoy paseaba tranquilamente por la ile Saint Louis, hacía un día gris de invierno, con lluvia de lado. Según me iba acercando noté que había una grúa y que el Hotel Lambert estaba totalmente tapado, un cartel anunciaba que estaba teniendo lugar una serie de restauraciones. Me dio pena y nostalgia. Lambert es el símbolo de una época y de un Paris. Para mi representa la última época en que Paris fue capital de algo para pasar a ser un eterno museo sin contenido.

Hotel Lambert, vista desde el rio
El Hotel Lambert se encuentra en la punta oriental de la isla, se construyo a finales del siglo XVII por el mismo equipo que construyó Versalles, Le Brun, Le Vau y Le Seuer. En el habitó Voltaire con su amante quien dijo que era un palacio digno de reyes y filósofos.

Durante el siglo XX lo cohabitaron dos ilustres franceses Guy de Rothschild y el barón de Redé, ambos íntimos amigos. Alexis de Redé lo había restaurado en gran parte durante el siglo XX, y en 1975 Marie Helene de Rothschild, la segunda mujer de Guy llamo a su marido al despacho del banco:
¿Todavía te sientes joven?
Claro - respondió Guy sabiendo que la proposición sería audaz
¿Joven como para cambiar tu vida?

Así fue como se enteró Guy de que el palacio estaba a la venta. Guy que se encontraba cerrando su casa de Ferrières porque era demasiado grande, acabó abriendo y terminado de restaurar una de las joyas de Paris. En el habia tenido lugar la fiesta Oriental que organizó Alexis de Redé en 1969. 
Alexis de Redé en su fiesta Oriental
Había pasado por estas mismas calles un Diciembre de 2009, entonces seguía todo igual. Hoy, ojeando desde una habitación de hotel, leo que en 2007 lo compró por $80 millones el hermano del Emir de Qatar y que en 2009 hubo polémica cuando se anunciaron las reformas que hoy tienen lugar. Dentro de unos años el jeque tendrá aire acondicionado, interruptores eléctricos, calefacción radial, un garaje para veinte coches y mil otras cosas necesarias en el S.XXI.

Los nostálgicos siempre recordaremos ese otro Paris en el que se daban fiestas con seis meses de antelación, se restauraba a la manera original y en el que Dalí pedía Águila Imperial para comer en Maxims.

Plano original de la primera planta
Como todas es una guerra perdida, sobre esta generación vendrá la siguiente y sobre esa otra mas, todas encontraran que la anterior era mas refinada y tenía mejor gusto. Pero algo me dice que no es una buena noticia para esta Europa decadente que los jeques árabes compren nuestro patrimonio, no por lo que representa sino porque en Europa siguen existiendo miles de multimillonarios, que hacen bancos, sillas o ropa igual que hace 100 años pero con la diferencia de que no son lo suficientemente refinados como para habitar esa galería.

Sin el excentricismo, el refinamiento y la superficialidad Europa nunca habría sido lo que fue y la gran mayoría de monumentos y obras de arte de las que nos sentimos orgullosos no habrían sido nunca encargadas ni construidas. Es algo que no se nos debería de olvidar. 
El Hotel Lambert actualmente

viernes, 2 de diciembre de 2011

La muerte del duque de Enghien


La entrega a Sarkozy la semana pasada del Toisón de Oro me ha recordado a la muerte del duque de Enghien. El toisón es la máxima distinción que pueden entregar los monarcas españoles a titulo particular, es una dignidad de su casa, personal de los reyes no del Estado Español. Me ha recordado por la entrega del toisón que hizo Carlos IV a Napoleón y por la falta de dignidad que conllevo aquella concesión
Louis Antoine de Bourbon-Condé, duque de Enghien
La muerte del duque de Enghien es el punto de inflexión en la carrera de Napoleón, la invasión de España y Rusia le condena como estratega, pero la muerte del joven príncipe le convirtió en un tirano. La muerte es además el último acto del consulado, dos meses después Napoleón sería coronado emperador, con este acto dramático se da punto y final y empieza el Imperio. A partir de ahí para Napoleón no habrá limites, ya no era ese joven general que había llegado para poner orden frente a la Revolución, ahora era el dueño y señor de Francia, quería romper con el antiguo régimen y con la Revolución y así empezar su nueva estirpe.

El joven príncipe Enghien era hijo del duque de Borbón y nieto del príncipe de Condé, rama segundona de los Borbones descendientes de ese primer Condé que vence a las tropas españolas en Rocroi en 1643, batalla en que los historiadores dan por terminada la hegemonía española en Europa. El joven príncipe, era un héroe romántico, guapo, atractivo, mas propio de una época renacentista que del siglo XIX, el príncipe de los borbones con más solera, había combatido en los ejercitos realistas frente a la Revolución pero se había negado a tener parte en conspiraciones que implicaran el asesinato.

Chateau de Chantilly residencia del Principe de Condé

Enghien es arrestado en Ettenheim en marzo de 1804, en la región de Baden, donde vivía haciendo la corte a una dama y es trasladado a Vincennes donde tras un juicio sin garantías es condenado a muerte y fusilado acusado de colaborar en conspiraciones para el asesinato de Napoleón. Con ese asesinato se extingue la línea de los Condé. Como reacción a esto Luis XVIII devuelve el Toisón a Carlos IV de España con la siguiente nota:

“Señor y querido primo, no puede haber nada en común entre mi persona y el gran criminal a quien la audacia y la fortuna han puesto en un trono que ha sido manchado de forma bárbara con la sangre pura de un Borbón, el duque de Enghien. La religión puede obligarme a perdonar a un asesino; pero el tirano de mi pueblo debe ser siempre enemigo mío. La providencia por motivos inexplicables puede condenarme a terminar mis días en el exilio, pero ni mis contemporáneos ni la posteridad podrán decir nunca que, en tiempos de adversidad, me he mostrado indigno de ocupar, hasta el último suspiro, el trono de mis antepasados”

La responsabilidad de la muerte siempre recayó en Napoleón, quien la acepto hasta su muerte en Santa Elena, aunque sombras recayeron sobre Fouché, Cambacérès y Talleyrand. Chateaubriand en sus memorias dice que leyó una carta del puño de Talleyrand en la que dos días antes anunciaba la detención de Enghien, Talleyrand lo niega en su primera versión de sus memorias donde pasa por encima de este episodio, luego en las segunda versión expresa que se debatió y que hizo lo que debía de hacer como Ministro de Exteriores pero que no tuvo nada que ver en la ejecución. Sus enemigos se lo achacaron a la pareja Talleyrand - Fouché.

Charles Maurice de Talleyrand - Perigord
No hay evidencias fáciles, cada historiador tiene una visión diferente. Los que apuntan la colaboración dicen que con este crimen consiguieron que Napoleón manchara sus manos de sangre como estaban manchadas las de todos los que llevaban desde 1789 en la orgia de de la revolución. Por su parte Fouché en sus memorias le atribuye la siguiente frase a Talleyrand "Ha sido peor que un crimen, ha sido un error".

Una anécdota que le encantaba contar a Balzac, un crio por esa época, es que en la noche de la tragedia Talleyrand jugando a las cartas preguntó en mitad de la partida si el duque de Borbón tenía otra hijo varón, a lo que los asistentes respondieron que no, que como él sabia era el único heredero, a lo que Talleyrand respondió que entonces la dinastía Conde había desaparecido. Tres días mas tarde organizó una fiesta en Paris en el Ministerio de Asuntos Exteriores.