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martes, 15 de diciembre de 2009

Historia de mi vida de Giacomo Casanova

Acaba de publicar Atalanta la HISTORIA DE MI VIDA de Giacomo Casanova. Por lo que he podido leer de crítica literaria todo el mundo está de acuerdo en que es el fenómeno editorial del año. No por la novedad (fue escrito en el s. XVIII) sino por la apuesta de su traducción y edición. Dado la censura a la que fue sometido en el Siglo XIX, Jacobo Siruela ha apostado por traducir directamente del original de la forma más fiable. Siruela me parece una de las personas más fascinantes que hay actualmente en España, en vez de dedicarse a montar a caballo, a vivir de las rentas o a fardar de pedigrí en bares de mala muerte del barrio de Salamanca como sus hermanos, se dedica a jugarse sus ahorros en traducir una obra de más de 3.000 páginas cuidada al detalle.

La vida de Casanova es la de aquel que se lanzo a vivir, a viajar, a conocer gente, que se enamoro mil veces y el que se rigió por un Carpe diem estricto. Quizás no fue el más vividor del siglo XVIII, quizás sería más divertido unas memorias de Talleyrand menos políticas, pero es el clásico libro que con leer la reseña ya sabes que te apetece devorar.

Por eso mismo he decidido no leer el libro, seguramente lo comprare, me apunto la matricula y lo dejo para tiempos futuros en que anímicamente me encuentre en mejor situación. Ante el aburrimiento de la mayoría de las conversaciones que hay a mi alrededor, ante el bajo nivel cultural imperante, ante la falta de lectura del personal, ante el triunfo del hombre del traje gris, las vidas tan pequeño burguesas de todos los que me rodean en que nadie quiere sino poder lograr una seguridad que le permita mantener su posición social, ante el pensamiento único, ante tantas cosas que me aburren de la postmodernidad he decidido que necesito volverme a encontrar conmigo mismo para poder leerlas con tranquilidad. Ya me la jugué leyendo las Memorias de Ultratumba y esta vez no voy a caer. Cada vez que leo unas memorias interesantes de gente que no solo vio sino que vivió más pequeño se me hace mi mundo. Y ahora con las navidades cerca y el fin de una década se me puede atragantar.
Copio La sinopsis que hace pública la editorial:

Las Mémoires de Casanova constituyen el cuadro más completo y detallado de las costumbres de la sociedad del siglo XVIII: una auténtica autobiografía de ese periodo. Probablemente ningún otro hombre en la historia haya dejado un testimonio tan sincero de su existencia, ni haya tenido una vida tan rica, amena y literaria junto a los más destacados personajes de su tiempo.

Escrito en francés, en sus años de declive, cuando Giacomo Casanova (1725-1798) era bibliotecario del castillo del conde Waldstein en Bohemia, el manuscrito de sus memorias fue vendido en 1820 al editor alemán Brockhaus. Éste encargó su edición a Jean Laforgue, quien no se conformó con corregir el estilo, plagado de italianismos, sino que adaptó su forma de pensar al gusto prerromántico de la época, censurando pasajes que consideraba subidos de tono. En 1928, Stefan Zweig se lamentaba de la falta de un texto original de las Mémoires que permitiera «juzgar fundadamente la producción literaria de Casanova». No fue hasta 1960 cuando la editorial Brockhaus decidió desempolvar el manuscrito original para publicarlo por fin de forma fiel y completa, en colaboración con la francesa Plon. La edición de Brockhaus-Plon se había traducido al inglés, alemán, italiano y polaco, pero no al español.

jueves, 26 de noviembre de 2009

No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.


En la voz de Enrique Bunbury suena así, de fondo la canción "Canto... (el mismo dolor)"


viernes, 6 de noviembre de 2009

Figura sin paisaje

He vendido mi alma dos veces al diablo,
por monedas de niebla y curso clandestino
en países que nadie se ha atrevido a fundar.

Un realista que vive el mundo de los sueños,
un soñador que quiere vivir la realidad.

Mal destino es el tuyo.
Así te va.

Luís García Montero

jueves, 5 de noviembre de 2009

Grita

La Castellana vacía, no puedo sino apretar el acelerador hasta que la moto pasa los 120 km por hora enfilando hacia Colon, rompo a gritar como un loco mientras apuro el último resquicio del acelerador. Creo que me voy a ahogar.

Ante mi hay dos caminos, el primero, el que he seguido todos estos años es el de tirar para adelante, intentar coger todo lo que pueda del mundo, hacerlo mío. Intentar estar en todos lados, en todos los sitios, vivir esa vida aventurera, descubrir el mundo y exprimirlo. Someterlo en todo caso. Creerme tan fuerte como para poder superar y vencer al amor, y luego contarlo. Para pensar yo lo tuve y lo abandone, no está hecho para mí. Esa soberbia, ese personaje es el que se me retrata con fuerza estos días. Es el personaje que no se conforma con una vida de petit bourgeois que no quiere un amor convencional, quiero tener a la musa que fue, a la que recordar en la luna de noviembre, pero él siempre continua. Y poderlo recordar con muchos años y con más rayas que un tigre.

Frente a ese personaje sólo está la fuerza de un amor como el de mis padres, el de dos personas que solo tienen el mundo como decorado, lo importante son ellos dos, lo demás circunstancial. No les hace falta. Es su micro mundo, no les hizo falta pedir consejo.


Y ahí estoy yo, siempre habiendo apostado por el primero, lo cual en mi delirio lo veo como la inmadurez más absoluta. Que soberbia la mía…

martes, 3 de noviembre de 2009

Ruleta Rusa

Hay quien opina que la tristeza es el motor que empuja a escribir.
Esto podría ser la razón en mi caso, creo que no he estado más triste nunca, desde el sábado soy un alma en pena que camina sin rumbo. Una sombra a la que le cuesta mantenerse en pie.

Es una buena forma esta de empezar un blog? seguramente no, hay cien cosas más importantes sobre lo que se puede escribir, sobretodo en un sitio público (aunque nadie lo leerá), pero ahora mismo solo hay tristeza en mi vida y una necesidad de hablar.

Durante tres meses he estado huyendo, corriendo a lo loco sin querer mirar atrás, no hay pasado solo futuro, en mi cabeza solo quedaba intentar volar libre y alto como nunca…

Había funcionado, o eso creía yo, durante más de tres meses me había creído la película, estaba haciendo lo que se suponía que me apetecía en ese momento. Había tenido momentos tristes, de bajón, que intentaba superar con actividad, había hablado con ella en un par de ocasiones y por una vez hice lo correcto, no le dije lo que la echaba de menos, no la fui a buscar al Sur como me pedía el cuerpo, aguante. Por una vez cumplí mi palabra, estaba convencido que de esa forma saldría para adelante.

Hasta que el destino me la jugó el sábado de la forma más burda. Una imagen que no sale de mi cabeza. De frente y a la cara me la cruzo saliendo de una discoteca con uno y subiéndose a un taxi. Es tan rápido que no me da tiempo a reaccionar y a bocajarro le doy dos besos. Como a una desconocida, mientas estoy en la cola del garito solo puedo mirar a ese taxi. Ella hace como que no me ve. Imagino que tampoco fue agradable para ella.

Una vez dentro no se qué hacer, me encuentro completamente solo rodeado de gente. Me tomo una copa rápido y me voy a casa, Estoy fuera andando por la calle pegándole patadas a unas obras, pienso que no estoy suficientemente borracho como para irme a casa, que no me apetecía la soledad en ese momento, y vuelvo para dentro. Busco a un intimo amigo y se lo cuento, le pido dos copas y le digo la tristeza que me ha producido la foto, el verlo. Lo demás de esa noche es borroso.
Tardo dos días en digerirlo, solamente me doy cuenta de mi error. Quise volar, ser inmortal, abarcarlo todo y comerme el mundo, me lo llegue a creer, pero fue un sueño, una apuesta al vacio… que por supuesto perdí.