Etiquetas

Purismo (36) Poesía (33) 5 Navajos (27) Malditismo (21) Historia (19) Literatura (11) Estoril (10) Libros (9) Politica (8) Dandismo (7) Naturaleza (6) Guermantes (4) Madrid (3) Cuba Libre (2) Bibliotecas (1) Musica (1) Teatro (1)

martes, 3 de noviembre de 2009

Ruleta Rusa

Hay quien opina que la tristeza es el motor que empuja a escribir.
Esto podría ser la razón en mi caso, creo que no he estado más triste nunca, desde el sábado soy un alma en pena que camina sin rumbo. Una sombra a la que le cuesta mantenerse en pie.

Es una buena forma esta de empezar un blog? seguramente no, hay cien cosas más importantes sobre lo que se puede escribir, sobretodo en un sitio público (aunque nadie lo leerá), pero ahora mismo solo hay tristeza en mi vida y una necesidad de hablar.

Durante tres meses he estado huyendo, corriendo a lo loco sin querer mirar atrás, no hay pasado solo futuro, en mi cabeza solo quedaba intentar volar libre y alto como nunca…

Había funcionado, o eso creía yo, durante más de tres meses me había creído la película, estaba haciendo lo que se suponía que me apetecía en ese momento. Había tenido momentos tristes, de bajón, que intentaba superar con actividad, había hablado con ella en un par de ocasiones y por una vez hice lo correcto, no le dije lo que la echaba de menos, no la fui a buscar al Sur como me pedía el cuerpo, aguante. Por una vez cumplí mi palabra, estaba convencido que de esa forma saldría para adelante.

Hasta que el destino me la jugó el sábado de la forma más burda. Una imagen que no sale de mi cabeza. De frente y a la cara me la cruzo saliendo de una discoteca con uno y subiéndose a un taxi. Es tan rápido que no me da tiempo a reaccionar y a bocajarro le doy dos besos. Como a una desconocida, mientas estoy en la cola del garito solo puedo mirar a ese taxi. Ella hace como que no me ve. Imagino que tampoco fue agradable para ella.

Una vez dentro no se qué hacer, me encuentro completamente solo rodeado de gente. Me tomo una copa rápido y me voy a casa, Estoy fuera andando por la calle pegándole patadas a unas obras, pienso que no estoy suficientemente borracho como para irme a casa, que no me apetecía la soledad en ese momento, y vuelvo para dentro. Busco a un intimo amigo y se lo cuento, le pido dos copas y le digo la tristeza que me ha producido la foto, el verlo. Lo demás de esa noche es borroso.
Tardo dos días en digerirlo, solamente me doy cuenta de mi error. Quise volar, ser inmortal, abarcarlo todo y comerme el mundo, me lo llegue a creer, pero fue un sueño, una apuesta al vacio… que por supuesto perdí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario