Etiquetas

Purismo (36) Poesía (33) 5 Navajos (27) Malditismo (21) Historia (19) Literatura (11) Estoril (10) Libros (9) Politica (8) Dandismo (7) Naturaleza (6) Guermantes (4) Madrid (3) Cuba Libre (2) Bibliotecas (1) Musica (1) Teatro (1)

jueves, 5 de noviembre de 2009

Grita

La Castellana vacía, no puedo sino apretar el acelerador hasta que la moto pasa los 120 km por hora enfilando hacia Colon, rompo a gritar como un loco mientras apuro el último resquicio del acelerador. Creo que me voy a ahogar.

Ante mi hay dos caminos, el primero, el que he seguido todos estos años es el de tirar para adelante, intentar coger todo lo que pueda del mundo, hacerlo mío. Intentar estar en todos lados, en todos los sitios, vivir esa vida aventurera, descubrir el mundo y exprimirlo. Someterlo en todo caso. Creerme tan fuerte como para poder superar y vencer al amor, y luego contarlo. Para pensar yo lo tuve y lo abandone, no está hecho para mí. Esa soberbia, ese personaje es el que se me retrata con fuerza estos días. Es el personaje que no se conforma con una vida de petit bourgeois que no quiere un amor convencional, quiero tener a la musa que fue, a la que recordar en la luna de noviembre, pero él siempre continua. Y poderlo recordar con muchos años y con más rayas que un tigre.

Frente a ese personaje sólo está la fuerza de un amor como el de mis padres, el de dos personas que solo tienen el mundo como decorado, lo importante son ellos dos, lo demás circunstancial. No les hace falta. Es su micro mundo, no les hizo falta pedir consejo.


Y ahí estoy yo, siempre habiendo apostado por el primero, lo cual en mi delirio lo veo como la inmadurez más absoluta. Que soberbia la mía…

No hay comentarios:

Publicar un comentario