Etiquetas

Purismo (36) Poesía (33) 5 Navajos (27) Malditismo (21) Historia (19) Literatura (11) Estoril (10) Libros (9) Politica (8) Dandismo (7) Naturaleza (6) Guermantes (4) Madrid (3) Cuba Libre (2) Bibliotecas (1) Musica (1) Teatro (1)

martes, 10 de febrero de 2015

California Stars

Una noche de lluvía cruzada en La Riviera, Jeff Tweedy llevaba dos horas tocando la guitarra encima del escenario. A las 11 en punto empezó a tocar California Stars, una versión de Woody Guthrie. Impecable. Nos permitió volver a casa andando, la lluvía había cesado, y la luna llena asomaba sobre los tejados de los viejos caserones de la calle Segovia, la canción se nos repetía elevándonos hacia ese cielo, que aún tan negro, es nuestro cielo.


I'd like to rest my heavy head tonight
On a bed of California stars
I'd like to lay my weary bones tonight
On a bed of California stars

I'd love to feel your hand touching mine
And tell me why I must keep working on
Yes, I'd give my life to lay my head tonight
On a bed of California stars

I'd like to dream my troubles all away
On a bed of California stars
Jump up from my star bed and make another day
Underneath my California stars

They hang like grapes on vines that shine
And warm the lover's glass like friendly wine
So, I'd give this world
Just to dream a dream with you
On our bed of California stars

I'd like to rest my heavy head tonight
On a bed of California stars
I'd like to lay my weary bones tonight
On a bed of California stars

I'd love to feel your hand touching mine
And tell me why I must keep working on?
Yes, I'd give my life to lay my head tonight
On a bed of California stars

I'd like to dream my troubles all away
On a bed of California stars
Jump up from my star bed and make another day
Underneath my California stars

They hang like grapes on vines that shine
And warm the lover's glass like friendly wine
So, I'd give this world
Just to dream a dream with you
On our bed of California stars

Till, I'd give this world
Just to dream a dream with you
On our bed of California stars

lunes, 2 de febrero de 2015

Infancia y Confesiones




Cuando yo era más joven
(bueno, en realidad, será mejor decir
muy joven)
algunos años antes
de conoceros y
recién llegado a la ciudad,
a menudo pensaba en la vida.
Mi familia
era bastante rica y yo estudiante.

Mi infancia eran recuerdos de una casa
con escuela y despensa y llave en el ropero,
de cuando las familias
acomodadas,
como su nombre indica,
veraneaban infinitamente
en Villa Estefanía o en La Torre
del Mirador
y más allá continuaba el mundo
con senderos de grava y cenadores
rústicos, decorado de hortensias pomposas,
todo ligeramente egoísta y caduco.
Yo nací (perdonadme)
en la edad de la pérgola y el tenis.

La vida, sin embargo, tenía extraños límites
y lo que es más extraño: una cierta tendencia
retráctil.

Se contaban historias penosas,
inexplicables sucedidos
dónde no se sabía, caras tristes,
sótanos fríos como templos.
Algo sordo
perduraba a lo lejos
y era posible, lo decían en casa,
quedarse ciego de un escalofrío.

De mi pequeño reino afortunado
me quedó esta costumbre de calor
y una imposible propensión al mito.

Jaime Gil de Biedma