Ambrosio Spinola retratado por Velazquez en la Rendición de Breda |
En el 350 aniversario de la muerte de Carlos II me gustaría escribir sobre la lealtad y hablar de la increíble
historia de los Spinola, una saga milenaria que sirvió a la corona española durante
muchos siglos. Ambrosio Spinola decidió, jugándose su fortuna, servir a Felipe
III. Fue un gesto propio del final del feudalismo, de una Italia que se le
quedaba pequeña. Se necesitaban economías de escala hasta en lo militar. Fue
uno de los últimos grandes militares con los que contó la monarquía católica. La
victoria de Breda, retratada por Velazquez en el cuadro de las Lanzas, le
muestra con una perla recibiendo las llaves de la ciudad. Ambrosio, nombrado
marques de los Balbases y duque de Sesto por Felipe III en 1612 decide que
cada nueva generación añadiese una perla al collar. En el siglo XVIII cuando muere Joaquin Spinola y de la Cueva, el collar como sus titulos los hereda Manuel Miguel Osorio y Spínola, entroncando así con la casa de Alcañices.
Ines Silva-Bazan, madre de Pepe Alcañices, con el collar de los Balbases por Madrazo |
La historia del collar llega hasta Pepe Alcañices (1825-1909), alcalde de
Madrid y principal responsable de la I restauración borbónica. Cuando la reina
Maria Cristina, segunda esposa de Alfonso XII, ve en el cuello de su mujer el
famoso collar le pide a su marido el rey que le regale uno igual. Alfonso XII se lo
promete cuando diese a luz un varón y le encarga a su amigo Alcañices que se ocupe de copiarlo. La
leyenda cuenta que cuando Alfonso XIII nace (que nació póstumo) Pepe va a entregárselo
a la reina, pero no le da una copia sino el original.
La reina una vez muerto su marido hace llamar a Pepe a quien le pide
cuentas por unas transferencias que había a su nombre de parte del rey, y que no eran sino pequeñas compensaciones para restaurar el daño causado a su patrimonio por el ingente esfuerzo de la restauración. Pepe sabía que era
venganza, ya que la reina le culpaba en parte de proveer de mujeres a su marido lo que deterioró su frágil salud, así que le ofrece de sus bienes los que quiera para compensar, la
reina elige el ducado de Sesto con todas sus propiedades. Infringiéndole la
mayor humillación y privándole de sus propiedades italianas que venían de ese
primer Spinola que decidió defender Flandes para la corona. Pepe Alcañices, una
de las mayores fortunas de su época, muere medio arruinado por haber servido a
su rey. Puede que el collar original fuese compensación también por estos
tejemanejes de la reina. Pepe Alcañices se retiró a un medio exilio cortesano
sin decir nunca a nadie nada de ello.
Palacio de Alcañices en la Plaza de Cibeles (derruido debido a la ruina de Pepe Alcañices) |
Hasta aquí hay gran parte de leyenda, queda claro que el collar
desaparece del patrimonio de los Alcañices / Balbases, y se convierte en una leyenda por aclarar. Alguien podría pensar que los Osorio
desde entonces arruinados por su monarquía decidirían darle la espalda a los hijos de esos Borbones. Pero no es así, un bisnieto nacido 9 años después de la muerte de Pepe Alcañices llamado Beltrán Osorio (en honor de Beltrán de la Cueva) fue jefe de la Casa Real durante todo el largo exilio de don Juan (quien le entregó por sus servicios el Toisón de Oro), siendo una de las piezas claves del exilio de Estoril y contribuyendo de forma significativa a la II restauración borbonica. Sirvió tanto al
nieto de Maria Cristina en el exilio que el ABC cuando falleció en Febrero de
1994 le otorgó una portada con el siguiente epígrafe sacado de las coplas de
Jorge Manrique.
Después de puesta la vida
tantas vezes por su ley
al
tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero;
después de tanta hazaña
a que non puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa d'Ocaña
vino la Muerte a llamar
a
su puerta,
diziendo: "Buen caballero...
Portada del ABC anunciando la muerte de Beltran Osorio |
Lo extraordinario del caso español es que han sido un grupo de familias constantes a lo largo de muchos siglos quienes han contribuido de manera muy destacada tanto a mantener, como a restaurar a esa monarquía. Este tema merecería un análisis muchísimo mayor, y en gran parte sociológico sobre como es posible el conseguir esa lealtad de una clase hacía una dinastía. Es impensable en Inglaterra una historia similar, y aunque es verdad que no ha habido nunca un exilio que pagar, el comportamiento de una raza de españoles es la definición de una lealtad no solamente no correspondida sino en muchos casos completamente ignorada.
Los Spinola, una familia genovesa que acabó siendo castellana y sirvió siempre con lealtad a sus reyes...por ejemplo el Marqués de los Balbases fue el último virrey de Sicilia entregando la isla a los austriacos a finales de la guerra de Sucesión en nombre de su rey Felipe V.
ResponderEliminarExcelente entrada.
Un abrazo.
Interesante la historia de la familia Spinola, que llega a su culmen en la victoria de Breda, inmortaliza por Velázquez en su obra para el Salón de Reinos del Palacio Real, y muy curiosa la historia del collar, totalmente desconocida para mí, hasta entroncar con la actualidad. Gracias al blog de Carolus II, conozco este espacio y paso a seguirlo. Un cordial saludo desde ArteTorreherberos.
ResponderEliminarJá postei no blogger toda a história da família Spínola, retirada do livro Laços de Sangue - Carlos Eugênio Spínola e Castro. Poderão acessá-la em
Eliminarhttp://lacosdesanguegenealogy.blogspot.com.br/
A história do primeiro ao último Marquês de Balbases está lá, quem foi o último, e porque a família passou o título para outra família.
El Rey de Thule
ResponderEliminarHubo en Thule un rey constante
con su amada, la que un día,
al morir, dejó a su amante
áurea copa que tenía.
Fue, de allí, la taza de oro,
don de mágica riqueza,
y al beber, la real tristeza
la humedecía con lloro.
Cuando el rey vio su partida
cercana, dio al heredero
la ciudad y un mundo entero,
menos su copa querida.
Sentóse luego a la cena
en medio de sus magnates,
y al pie rugen los embates
del mar que la sala atruena.
Allí el bebedor anciano
brinda última vez su copa,
la echa al mar y el mar la arropa
en su lecho soberano.
La ve hundirse; que se llena
y se pierde en lo profundo...
Y el rey llora su pena
no bebió más sobre el mundo.
Goethe
En el palacio de los Marqueses de Alcanices en Toro murio ese gran espanol que fue el Don Gaspar de Guzman y Pimentel, Conde Duque de Olivares
ResponderEliminarhttp://proculto.com/revistas/revista2/olivares.htm