El largo camino hacia la restauración de la monarquía en el año 1975 no fue fácil. Partía de un país donde no había muchos monárquicos y menos demócratas. Es el esfuerzo generacional más grande que se ha hecho nunca. Hoy todo esto se pone en duda con una ligereza impresionante. Fue un camino lento pero un camino de éxito.
Todo ha
cambiado mucho, una crisis económica sin precedentes recientes, síntomas de un
agotamiento del sistema, lo he descrito en algún post anterior, está habiendo
un cambio generacional y además ahora mismo hay un cambio de paradigma en la
información. Cada vez es más difícil la gestión de la información con miles de
usuarios anónimos comentando cada noticia en Internet, blogs, foros, donde no
siempre triunfa la información y hay mucha calumnia y difamación.
Juan Carlos
de España no tuvo una vida muy fácil, su llegada a educarse en España siendo un
niño siempre rodeado de mayores, su vida es un ejemplo impresionante de
disciplina. El heredó de Franco a título de rey la soberanía española y consiguió,
con el apoyo de todos, la instauración de un régimen democrático, la
incorporación de España a Europa y la equiparación del nivel de vida a la media europea. Es decir,
el destierro de los grandes fantasmas que había tenido España durante el siglo
XIX y XX. Era la España de la reconciliación en la hora del triunfo. Esto
evidentemente no lo consiguió él sólo, pero si sucedió en su reinado. Es la gestión de su reinado, caracterizado por el intento de equiparación
con las monarquías europeas modernas.
Cripta de los reyes de España en El Escorial
Tumba de Carlos V, Felipe II, Felipe III y Felipe IV
Además
de eso está la gestión de la monarquía, de la que Juan Carlos es el jefe de una Casa. Aquí sus decisiones más personales fueron desde un principio la de
considerarse un príncipe moderno, deportista, a caballo entre Madrid y Barcelona (con sucursal en Palma y Baqueira).
Sus decisiones más trascendentales fueron la renuncia a vivir en un Palacio
Real, lo que los cursis de los periodistas llaman “no tener corte”, como dando
a entender que no quería tener mayordomo de servicio como tenía su abuelo y su
padre. Pero la decisión fue más profunda que eso y fue el dejarse de tratar con
la aristocracia. Las razones que hay detrás de esto son varias y sólo el rey
sabe a qué se debe. Puede que fueran razones de regeneración, de odio a la
decadencia, de ser visto como una familia más de clase media. Los grandes
amigos de su majestad han sido empresarios y millonarios. Es lo que le ha
divertido sobre todo desde que se coronó y pudo hacer una vida mas independiente.
el rey con los príncipes de Gales, dos maneras opuestas de entender la monarquía
El rey
mantuvo la careta una serie de años, fiestas por su santo en el palacio real y no ha podido sino atender compromisos de
familias que directamente pagaron su exilio y el de su familia, y sus vidas
profesionales en la significación de la monarquía. Pero nada más, ni sus hijos
tienen un especial papel ahí, salvo la infanta Elena. Esto tiene una
implicación enorme en la perdida de una clase que ha sido leal hasta más no
poder con la monarquía durante cientos de años y que, actualmente, no es ya soporte
de esa institución.
Pero la
gestión de su casa incluye evidentemente el matrimonio de sus hijos, punto que
se podría considerar insustancial si no fuera porque los grandes problemas que
está sufriendo la monarquía a día de hoy son precisamente por parte de ese
flanco. Cuando las infantas Pilar y Margarita se casaron morganáticamente tuvieron
que renunciar a sus derechos dinásticos ya que fue antes de la aprobación de la
constitución. Los hijos del rey se considera que están amparados por ella y que
no deberían de renunciar. Pero no deja de ser cuanto más curioso ya que Juan
Carlos es rey porque sus tios se casaron morganaticamente y como tal tuvieron
que renunciar a sus derechos.
boda en 1997 de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin
La monarquía
por primera vez desde su reinstauración esta puesta en duda. Pero hay motivos
para sostener una institución que está por encima del titular y la persona del
rey de España. La
primera es, todavía a día de hoy, que los enemigos de la monarquía son los
enemigos de España. Básicamente comunistas y separatistas, los mismos que
llevan intentando menoscabar cualquier cosa que representa España durante mas
de 100 años. Un cambio de constitución o de régimen en España conllevaría casi
inexorablemente la independencia de Cataluña y del País Vasco.
Pero además
hay para mis dos argumentos importantes, el primero es el convencimiento de que
el error histórico de España fueron las luchas fratricidas que conllevaron la
perdida de mucho tiempo en aras de ideales completamente trasnochados y que hicieron que España tuviese una generación de retraso respecto de Europa. El ejemplo claro aquí es Inglaterra con
una evolución reformista dentro un mismo marco legal. Sin tener que pegar
bandazos ni hacer que cada cuarenta años haya una solución mágica que vaya a
acabar con los problemas de España.
Juan Carlos, entonces principe de España, en las Olimpiadas de Munich 72
El
segundo es que España no se caracteriza por su excesivo refinamiento ni por una
presencia exterior importante, no tenemos importancia geostrategica, no tenemos
población, ni superficie, y Madrid no es una ciudad relevante dentro de las metrópolis mundiales, esto no fue siempre así y evidentemente hay muchas causas detrás de
ello. La más clara es el boinismo y
provincialismo que supuso cuarenta años de dictadura. El rey entendió esto y ha
representado un papel internacional clave en muchos eventos, ha vuelto a situar
a España en el mundo. Se puede negar la configuración del poder, la razón de
estado y tantas otras cosas. Pero son realidades tercas.
Alfonso XIII en 1919 leyendo la consagración de España a la Virgen María
Por todo
ello, por mucho más, creo que España ha cometido mas aciertos que
equivocaciones en los últimos 36 años y que en la hora tan difícil que nos acomete
se debe de exigir ante todo responsabilidad a una clase política absolutamente mediocre,
y creo que la sociedad civil debe de volver a apoyar una serie de reformas que seguro
que harán que podamos continuar el camino emprendido en 1975.