La imagen más mítica es la de Robert de Niro en la película de Casino, todos nos imaginamos a Sharon Stone tirando las dados con un vestido que es puro brillo, pero la realidad de Vegas está mas cerca de Nicolas Cage en Leaving Las Vegas, personaje que llega a la ciudad para dejarse morir. Yo no pude si no acordarme de Michi Panero, su malditismo y su lema de que “en la vida se puede ser de todo menos un coñazo” le iría como anillo al dedo.
La vida tiene mucho que ver con el black jack, en teoría hay
que jugar siempre por el libro. Las Vegas es el templo de peregrinación
occidental y como si fuese una religión hay que llegar con el guión aprendido. No
sabemos si existe el libro pero se da por hecho que hay que llevarlo leído. Es
el dogma en la mesa. El libro cuenta que la carta de debajo del croupier es
siempre un mono, por lo que uno está obligado a pedir carta siempre que tenga
una puntuación mas baja que la suya.
Y eso requiere muchas veces fe, fe de verdad porque uno está
contento con su 16 y tiene que pedir carta. El pulso se te dispara hasta
limites insospechados y cuando te pasas te acuerdas del libro y del gran
bastardo que lo escribió. Pero el libro es el libro. Si no juegas por el no te
puedes sentar en la mesa. El libro te recuerda a todas las decisiones que has
tomado en una pelea constante por el sistema y que tus amigos te han resumido
en un “la vida es así”.
El black jack tiene mucho en común con la vida, uno va poco
a poco amasando fichas, según te van saliendo cartas te vas sintiendo cómodo,
disfrutas, comentas, una propina, te pegas cualquier capricho, en parte te
sientes inmortal, crees que las cartas te van entrando porque debe de ser así, estas
haciendo lo correcto y es justo tener una recompensa. Y de repente se te da la
vuelta, el croupier cambia y empieza a sacar 21, uno tras otro, de refilón como
quien no quiere la cosa, sigues pensando que quien aguanta vence, sacas tu lado
estoico y cuando se han esfumado tus ganancias, que era tu limite para
levantarte de la mesa cambias 200 dólares mas para darte la oportunidad de
remontar.
Cuando los has perdido en cuatro manos comprendes que es
hora de retirarte, son más de las diez de la mañana y el sol hace tiempo que ha
salido, un matrimonio de Milwaukee se deja ver por el lobby recién levantados,
tu decides que la magia se ha esfumado y como vampiro no puedes sino retirarte,
ha aparecido el desencanto. Enfilas el ascensor a tu habitación como si fueras
el poema de Jaime Gil de Biedma
Si no fueses tan puta!
/ Y si yo supiese, hace ya tiempo, / que tú eres fuerte cuando yo soy débil / y
que eres débil cuando me enfurezco... /A
duras penas te llevaré a la cama, / como quien va al infierno / para dormir
contigo. / Muriendo a cada paso de impotencia, / tropezando con muebles / a
tientas, cruzaremos el piso / torpemente abrazados, vacilando / de alcohol y de
sollozos reprimidos. / Oh innoble servidumbre de amar seres humanos, / y la más
innoble/ que es amarse a sí mismo!
La vida es como el jack black no eres ni tan guapo y divertido como cuando estás ganando, ni tan maldito como cuando pierdes.
"no eres ni tan guapo y divertido como cuando estás ganando, ni tan maldito como cuando pierdes" no digo mas.
ResponderEliminarno eran de milkwakee. eran de kansas city