Una
de las anécdotas mas divertidas de la Correspondencia de Jaime Gil de Biedma
(ediciones Lumen 2010), titulada El argumento de la Obra (en referencia a su
poema No volveré a ser joven), es la que narra sus oposiciones para entrar en
la escuela diplomática.
Año
1953 opositando en el Cesar Carlos, el primer ejercicio del examen era de
cultura general, se le pidió que escribiera sobre su ciudad preferida y eligió Arévalo,
evidentemente suspendió. Una boutade para dejar claro que el no quería ser
aquello, un choque con su familia. Él no quería vivir la vida que le habían
diseñado.
Castillo de Arevalo |
Es
un Gil de Biedma que en una carta a Guillen le dice que él quiere ser ante todo
poeta, que sino fuera por eso tendría que volver a empezar y que volver al
origen es difícil, un JGB que ha estado un año en Oxford y que ha pasado un
verano entero en Paris, haciendo el
periodo extravertido como dirían los americanos, un JGB que tiene miedo de
ser un poeta de ramalazo que al pasar la juventud se seca. Menos mal que se
equivocó. ¿Falsa modestia?
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